Resumen:
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Las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) se caracterizan por mostrar comportamientos, intereses y actividades repetitivas y restringidas, así como por tener alteraciones sociales y en la comunicación (DSM-5; APA, 2013). Desde el campo de la investigación, se ha pretendido entender cuál es el perfil cognitivo que da como resultado esta sintomatología común en las personas con TEA. Una de las teorías con más consistencia que ha abordado los TEA es la teoría de las Funciones Ejecutivas, que defiende la existencia de disfunciones ejecutivas que explicarían potencialmente los déficit socio-emocionales observados. A raíz de la diferenciación entre funciones ejecutivas cálidas y frías (Zelazo y Müller, 2002), comienza una línea de investigación que pretende estudiar la relación entre las funciones ejecutivas relacionadas con las emociones (cálidas) y el déficit socio-emocional que se observa en los TEA.El presente trabajo nace en este marco teórico y tiene por objetivo estudiar en personas adultas con autismo el déficit socio-emocional y las disfunciones ejecutivas tanto cálidas como frías, concretando cuáles son las variables que influyen o explican la percepción de emociones en estas personas. Para completar el análisis y sin que existan como antecedentes investigaciones previas, se aplicó una tarea de inducción de emociones para precisar si existe cierta permeabilidad emocional. La muestra seleccionada está compuesta por 62 personas con discapacidad intelectual, de los cuales 31 tienen un diagnóstico de TEA y 31 no presentan rasgos autistas asociados.Los instrumentos utilizados para evaluar la percepción de emociones fueron: la Facial Discrimination Battery (FDB) y la Emotion Multimedia Battery Assessment for Adults with Autism (EMBA-AA). La Torre de Londres (ToL) y el Color Trail Test (CTT) se aplicaron con el objetivo de evaluar el rendimiento en funciones ejecutivas frías, y con el Hungry Donkey Task (HDT) se evaluaron las funciones ejecutivas cálidas. Junto con estas pruebas, se rellenaron dos cuestionarios para estudiar las disfunciones ejecutivas que se dan en la vida diaria: el Dysexecutive Questionaire (DEX) y el Frontal Systems Behavior Scale (FrSBe). La edad mental no verbal fue valorada a través del Leiter International Performance Scale, los comportamientos repetitivos con la Repetitive Behavior Scaled-Revised (RBS-R), las conductas autolesivas, estereotipadas y agresivas, con el Behavior Problem Inventory (BPI), la severidad de los rasgos autistas con la Childhood Autism Rating Scale (CARS), la comunicación, la socialización y las habilidades de la vida diaria mediante la Vineland Adaptive Behavior Scales (VABS) y, por último, la tarea seleccionada para llevar a cabo la inducción emocional fue el International Affective Picture System (IAPS).Los resultados alcanzados confirmaron la presencia de déficits en personas adultas con TEA en la percepción de emociones y en tareas ejecutivas frías, como la inhibición o la flexibilidad cognitiva, cuando se les compara con personas con discapacidad intelectual sin rasgos autistas. En cambio, los resultados no han podido confirmar un déficit en la capacidad de planificación medida a través de la Torre de Londres en esta población. En cuanto a las funciones ejecutivas cálidas o toma de decisiones, sí se han advertido ciertas dificultades en las personas con TEA con discapacidad intelectual.Las variables que han resultado poseer capacidad predictiva sobre el rendimiento en las tareas de percepción emocional han sido: la madurez social, la comorbilidad psicopatológica y la valoración ecológica de las funciones ejecutivas frías. En contra de lo esperado, no se advirtió capacidad predictiva de la variable toma de decisiones sobre el rendimiento en tareas de percepción emocional. Por último, los resultados demostraron la existencia de cierta impermeabilidad emocional en personas adultas con TEA y discapacidad intelectual.
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